Desde el año 1940 hasta el 1946, sus conciertos se limitaron al territorio español.
En contacto con grandes figuras del mundo musical de la época como Alfred Cortot, Arthur Rubinstein o Claudio Arrau y ampliando año a año sus actuaciones en España y en el resto de Europa, fue enriqueciendo su carrera y consolidando su prestigio
Fue el 7 de octubre de 1947 cuando viajó a Laussane (Suiza) para dar su primer recital en el extranjero. A partir de entonces, comenzó a ser invitada por las Sociedades de Música y orquestas europeas, aunque no fue hasta los años 60 cuando realmente inició las giras de conciertos por el resto de continentes.
El 15 de mayo de 1950 fue un día muy especial que ella siempre recordó con mucho cariño y entusiasmo. Tocó, en el Palacio de la Música de Barcelona, el “Concierto para 2 pianos” de Francis Poulenc, junto al propio compositor, bajo la dirección de orquesta de su amigo y también compositor Carlos Suriñach.
Debutó en los Estados Unidos en 1954, cuando el director de orquesta, Alfred Wallestein, le invitó a hacer una gira de 9 conciertos por California con la Orquesta Filarmónica de los Ángeles interpretando el “Concierto para piano y orquesta en La mayor, K488” de Mozart y “Noches en los jardines de España” de Manuel de Falla. Al año siguiente dio su primer recital en Nueva York pero, no volvió a pisar los escenarios de este país, hasta al cabo de 10 años (1965)
Siempre guardó un gratísimo recuerdo de la época en que formó dúo con su gran amigo, el violonchelista Gaspar Cassadó, desde finales de 1956 hasta finales de 1958, y de las colaboraciones con el violinista Giovani Bagarotti.
En su juventud formó dúo pianístico con Juan Torra, con quien contrajo matrimonio, el 21 de junio de 1950. En varias ocasiones tocó, junto a su querida amiga, la pianista Rosa Sabater, conciertos para 2 pianos y orquesta así como para 3 pianos y orquesta (participando también Juan Torra) y para 4 pianos y orquesta (con Juan Torra y Jaime Padrós)
Formó parte, desde su inauguración en 1958, del cuadro de profesores (junto a Andrés Segovia, Conchita Badía, Federico Mompou, Xavier Montsalvatge, Higinio Anglés, Amparo Iturbi, Antonio Iglesias…) de los “Cursos de Música en Compostela” que se hacían en verano en la ciudad de Santiago de Compostela. Pudo acudir durante los siete años iniciales pero luego, su ocupado calendario, sólo le permitió asistir muy de vez en cuando. Siempre guardó un gratísimo recuerdo de aquellos años y mantuvo una estrecha amistad con alumnos, profesores y directivos.
En 1959, año del fallecimiento de su maestro Frank Marshall, Alicia asumió la dirección de la Academia Marshall, continuadora de la Academia Granados, donde, además de supervisar la labor docente del centro, impartía, cuando su dilatada agenda se lo permitía, clases magistrales de piano, especialmente de música de compositores españoles. Durante sus ausencias, delegó la dirección de la academia a Juan Torra, Mercedes Roldós y Carlota Garriga sucesivamente.
Alicia de Larrocha fue una de las/os pianistas más importantes del siglo XX. Su vocación musical se manifestó de manera precoz cuando era una niña y gracias al maestro Frank Marshall, continuador de la escuela de Enrique Granados, Alicia pudo desarrollar todo su talento llegando a realizar una carrera artística titánica. A lo largo de más de setenta años, tocó cerca de cuatro mil conciertos por todo el mundo, en las salas más importantes y con las orquestas y directores de mayor prestigio.